A propósito de liderazgo: Andrew Kydd es profesor asistente de la materia de gobierno en la Universidad de Harvard y ha desarrollado una interesante teoría acerca de la meditación. El Profesor Kydd escribe: -los meditadores son a menudo considerados más eficaces si son imparciales o no tienen preferencias sobre el asunto en disputa. Para que el meditador tenga éxito las partes en conflicto deben creer que dice la verdad. Especialmente si el meditador aconseja a un lado no para hacer una gran ayuda sino porque su oponente desea pelear. Un meditador imparcial que desee minimizar la probabilidad de guerra tendrá gran motivación, incluso si las partes no dicen la verdad, pero las partes no los encontrarán creíble Si el meditador está sobre su lado y será creído si ellos aconsejan restricción, las partes aceptarán los meditadores incluso si están en contra de ellos y si ellos acatan las normas, lo cual implica que rechazar la meditación es una señal de incapacidad y de tener algo oculto en vez de fortaleza. Hay un beneficio social para promulgar tales normas, y es que la pérdida conlleva a que los conflictos vayan sin intermediaciones.
Otra nota de Harvad apunta sobre la ética en la guerra y el desarrollo de una teoría basada sobre el territorio. Ellos dicen que negociar una solución corta en la guerra falla porque: 1. la minoría ética demanda soberanía sobre el territorio ocupado. 2. El estado ve el territorio como invisible. La ética de la guerra posiblemente se respete si la gente que habita respeta sus costumbres o si el estado hace respetar los espacios. Otras conclusiones son: los grupos éticos son racionales, ciertos acuerdos entre las partes no serán fácilmente influenciados fuera de contextos específicos, y la partición no será una buena opción política para finalizar la violencia.
Decidamos por quien pueda poner en práctica estas premisas…
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